La Prole

*Escribe Paula Pardavila

Se dice que el termino prole define a los hijos de una persona, por lo cual, es un conjunto de personas que tienen algo en común.

El termino proletario es originario de la Roma Imperial, en la que

los proletari eran los ciudadanos de la clase más baja, carecían de propiedades y solo podían aportar prole (hijos) para engrosar los ejércitos del Imperio.

El término fue recuperado por Carlitos Marx, para identificar a la clase trabajadora asalariada, sin medios de producción, los obligados a vender su fuerza de trabajo para poder subsistir.

Hasta aquí un pantallazo para situar una clase social, clase de la cual soy parte, LA CLASE TRABAJADORA.

Pensaba en la actualidad, tantos “intelectuales”, “militantes de cartón”, hablando tan sueltamente de las problemáticas de los trabajadores, gente que sale a la calle con su librito bajo el brazo predicando y creyendo que ¨ilumina”a los que viven en el oscurantismo de la conciencia.

Los cartelitos de apoyo son tendencia en la redes “Estamos con los laburantes”, “Apoyo a los trabajadores”, suena y se ve muy lindo, pero en la realidad hay muchos que sostienen el cartel, pero viven de la renta de los laburantes, pequeños burgueses inmundos, que te hablan de las problemáticas de las villas, y nunca han tenido barro en los zapatos, te hablan de la fabrica y nunca han trabajado.

Los que tenemos conciencia de clase, esos que somos prole de un laburante, ese laburante que soñaba con el “nuestros hijos nacerán con el puño levantado”, ese que nos dió el orgullo de pertenecer, y seguimos esa lucha recordando la infinidad de veces que hemos visto venir al viejo hecho mierda porque laburaba doce horas, o preocupados porque la guita no alcanzaba, juntando la moneda para una ropa o una salidita con los pibes; amargado porque se venía el quilombo y era fija que perdía el laburo.

Muchos laburantes son conscientes de las situaciones de explotación en la que viven, pero agachan el lomo y tragan mierda porque no pueden perder el ingreso, no pueden dejar sin el morfi a los críos.

Ilustración: Emperador
Gonzalez

Cuando escucho a los “iluminados”, sabelotodo pienso… mi viejo como tantos laburó toda su vida, paso el Rodrigazo, los milicos, hiper-hiperinflacón, los ’90, el 2001, el campo, por solo nombrar algunos, Pérdidas de laburo por luchar, por quiebra, por cierre, porque lo cagaron, falta de laburo por meses.

Entonces digo a los “iluminados”, cuando te vienen a contar un trabajador de manual, que con sus revelaciones podrán cooptar, esos que hablan sin escuchar, miran sin ver. No me hablen de lucha, de DIGNIDAD DEL TRABAJADOR , porque nuestro sudor no cabe en sus periódicos.

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